Diferencia entre capacidad aeróbica y anaeróbica
La capacidad aeróbica es la que entra en juego cuando hacemos ejercicio durante mucho tiempo, pero a una intensidad media o baja. Es decir, ejercicios sostenidos que siguen una intensidad lineal y nada extrema, pero que ponen a prueba nuestra resistencia durante períodos de tiempo más largos. En ella, el organismo recurre a los hidratos y las grasas como fuente de energía.
Por su parte, la capacidad anaeróbica es la que desarrollamos con ejercicios cortos de alta intensidad. Por ejemplo, cuando practicamos HIIT o ejercicios muy explosivos que por sus características, el aumento de las pulsaciones y su entrada en la zona pico (cuando el ritmo cardíaco es superior al 85% del máximo) no nos permiten ejecutarlos durante mucho tiempo. En este caso, el organismo hace uso de fuentes de energía inmediatas, como la glucosa.
Para descubrir las diferencias entre la capacidad aeróbica y anaeróbica también es interesante conocer sus principales beneficios. Con la aeróbica puedes trabajar la función cardiovascular, ayudar a reducir los niveles de colesterol y aliviar la hipertensión y la glucemia. Además, favorece un mejor descanso y estado anímico. Por su parte, la capacidad anaeróbica puede acelerar el metabolismo, mejorar la masa muscular y fortalecer los huesos.
¿Cómo diferenciar un ejercicio que hace uso de la capacidad aeróbica de uno que utiliza la anaeróbica?
Aunque sobre el papel parezcan dos tipos de resistencia totalmente distintos, lo cierto es que en la práctica es fácil confundirlos e incluso pasar de uno a otro realizando el mismo deporte.
Un ejemplo de ejercicio aeróbico sería caminar, correr o montar en bicicleta. Modalidades que, por lo general, realizas durante un período de tiempo más o menos prolongado, que suelen mantener una intensidad constante y con los que trabajas especialmente la resistencia.
Por su parte, un ejemplo de ejercicio anaeróbico sería el sprint de velocidad. Es decir, ejercicios más cortos, pero más explosivos. También suelen entrar dentro de este grupo los ejercicios de fuerza, enfocados a trabajar esta capacidad física en concreto, además de la potencia, por encima de la resistencia.
Una buena forma de combinar ambos es introducir en los ejercicios aeróbicos sesiones de alta intensidad (HIIT) o entrenamiento Fartlek, con los cuales varías el ritmo en momentos puntuales para después retomar el compás habitual.
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